¿Qué es la hipocondría?

La hipocondría se manifiesta como una preocupación excesiva por la salud, pudiendo impactar significativamente en la vida de quienes la experimentan. La persona hipocondríaca puede llegar a convencerse de que padece una enfermedad grave y, aunque racionalmente pueda llegar a entender que no es así, la duda permanece de forma tan intensa que en muchas ocasiones acaba buscando información para intentar aliviar su ansiedad y miedo.

Síntomas de la hipocondria


las personas que padecen hipocondría suelen manifestar varios síntomas, algunos de ellos son:

  • Buscar información en Internet, lo cual suele empeorar más la preocupación, pues en la web encuentran páginas en las que acaban identificando la mayoría de síntomas que padecen e incluso otros de nuevos.
  • Realizar comprobaciones con sus seres queridos, pidiéndoles su opinión y buscando argumentos en el otro que les calmen, lo cual puede ser frustrante y agotador para el círculo próximo de la persona pues por mucho que intenten tranquilizarlos la angustia y el miedo siempre acaban reapareciendo.
  • Acudir a consultas médicas y realizar múltiples pruebas para descartar el posible padecimiento de enfermedades. El problema es que por mucho que se logre descartar una enfermedad, al final acaba apareciendo la posibilidad de otra nueva e incluso miedo a las posibles secuelas de las pruebas que se realizan para descartarlas (por ejemplo si se hacen una radiografía aparece el miedo de que la radiación de la prueba les origine un cáncer).

Por qué padezco hipocondría

Existen varios aspectos que pueden predisponer a una persona a padecer hipocondría:

  • La hipocondría no deja de ser un trastorno de tipo fóbico y somático por lo tanto, las personas que la padecen generalmente tienen una predisposición a la ansiedad o a  personalidades de tipo ansioso e incluso a padecer sintomatología de tipo depresivo.
  • Muchas veces, la persona hipocondríaca se ha criado en ambientes familiares en que uno o varios de los miembros cercanos son personas sufridoras o sobreprotectoras, sobretodo en temas de salud. También es común que la persona hipocondríaca haya tenido durante su infancia a familiares directos o personas cercanas con enfermedades graves o factores de riesgo para padecerlas.
  • Generalmente, las personas hipocondríacas suelen tener otras fobias y miedos y normalmente recurren a estrategias de control para asegurarse de que aquello temido no suceda. Seguramente, en otras áreas de su vida consiguen sentir que “controlan” y que tienen mecanismos para que aquello que les causa temor no les ocurra pero no consiguen lograrlo cuando se trata de la salud. Es por este motivo que la ansiedad se incrementa y realizan una serie de rituales y comprobaciones para intentar disminuirla, el problema es que el alivio es pasajero y la duda y el miedo a padecer la enfermedad reaparecen incluso con más fuerza.

- Cuando los mecanismos de ansiedad se disparan y se descontrolan, los miedos que aparecen son aquellos relacionados con lo que más valoramos. Por lo tanto, si dentro de nuestros valores personales la salud ocupa un lugar importante y nuclear, es más probable que la ansiedad se manifieste con hipocondría que con otros síntomas.

Cómo podemos ayudarte en Dr Romeu

Para quién padece hipocondría cualquier molestia física mínima, como dolor, palpitaciones o calambres, puede ser interpretada como un signo de una enfermedad grave

Esta ansiedad puede incluso desencadenar síntomas físicos reales, como ataques de pánico o sensación de asfixia lo cual acaba reforzando la creencia de que se padece la supuesta enfermedad. 


En una primera visita nos marcaremos como objetivo

  • Evaluación exhaustiva de su caso.
  • Diagnóstico concreto.
  • Identificación y explicación del inicio y mantenimiento de su fobia.
  • Si es necesario, asesoramiento a los familiares.
  • Orientación y plan de trabajo.

 

Cómo curar la hipocondria y cómo puedo tratarla

Terapia psicológica: la terapia cognitivo-conductual (TCC)

Se considera de las más eficaces aunque siempre es mejor plantear un enfoque abierto e integral para combinar todos aquellos recursos que puedan ayudar a la persona. Algunas de las estrategias pueden ser:

- Técnicas de exposición y desensibilización: particularmente soy más partidaria de realizar exposiciones graduales y con una preparación previa de las mismas, marcando objetivos adecuados y realizables. Por ejemplo “escribe una lista de situaciones que te producen miedo de menor a mayor grado”. La idea es irse exponiendo de forma progresiva sabiendo que quizás vas a tener ansiedad al hacerlo, “no pasa nada”, te paras,  intentas tranquilizarte (o no) y continuas o lo dejas para otro momento.  

- Técnicas de distracción y de focalización: Para cuando aparezca la ansiedad intentar focalizar nuestro pensamiento en otras cosas. En algunas ocasiones nos ayudará, en otras no, tranquilos, esto es un proceso. Aquí hay innumerables ejercicios que se pueden probar, desde “posponer” la preocupación, indicarle a nuestro pensamiento que “pare”, “centrar nuestra atención en otras tareas” como ir a hacer ejercicio o quedar con alguien para hablar de otros temas, etc.

- Aprender a aceptar la ansiedad y saber distinguir entre aquello que depende de mí y aquello que no: En este sentido, aunque uno de los propósitos de la terapia es disminuir la ansiedad que aparece ante la posible existencia de padecer una enfermedad, tenemos que entender que no está en nuestras manos conseguirlo en todas las ocasiones. Por lo tanto tendremos que aprender a aceptar que en última instancia quizás no consigamos que la ansiedad desaparezca y que “no pasa nada”.

- Parar de hacer comprobaciones: Cuando la hipocondría aprieta es muy tentador consultar en Internet, preguntar a amigos o acudir al médico pero no es lo más adecuado. Inicialmente, hacer estas cosas reduce nuestra ansiedad pero al mismo tiempo está dando poder a la fobia, le da legitimidad y refuerza la creencia de que puede existir una enfermedad grave real. Por lo tanto, en la medida de lo posible debemos evitar dar voz y credibilidad al miedo.

- Dejar de escondernos y avergonzarnos: Para poder cambiar algo de nosotros es importantísimo aceptarlo previamente, desde el rechazo y el castigo a uno mismo no podremos evolucionar. Es recomendable empezar (en la manera que nos sea posible) explicar lo que nos ocurre a nuestros seres queridos, tratándonos con comprensión y compasión. 

Tratamiento farmacológico

En el caso de que la sintomatología ansiosa interfiera y dificulte demasiado el proceso de mejora, es recomendable consultar con un especialista médico para valorar la posibilidad de iniciar un tratamiento farmacológico. En este sentido, los fármacos más utilizados son los antidepresivos y los ansiolíticos.  

Siempre estoy pensando que tengo algo malo, ¿necesito ayuda?

Los psicólogos y psiquiatras jugamos un papel crucial en el tratamiento de la hipocondría. Los profesionales de la salud mental están capacitados para:

- Evaluar la gravedad del trastorno y proporcionar un diagnóstico adecuado.

- Desarrollar un plan de tratamiento personalizado que puede incluir terapia y medicación.

- Proporcionar educación y apoyo al paciente y su entorno social para comprender y manejar la condición.

La hipocondría es un trastorno que requiere un enfoque comprensivo y adaptado a cada individuo. La colaboración entre el paciente y los profesionales de salud es esencial para un manejo efectivo de la condición.

Supera el problema

Padecer hipocondría puede producir mucho malestar sobre todo si llevas tiempo sufriéndola, pero si se toman las medidas apropiadas, es posible aprender a manejar los temores y recuperar una calidad de vida satisfactoria. Solo tienes que pedir ayuda, trabajar e involucrarte en el proceso de cambio y recurrir a los profesionales adecuados.

Sabemos que la gente que padece hipocondría puede sentirse sola, asustada, incomprendida y a veces culpable por no poder solucionar sus miedos. Por este motivo estamos dispuestos a escucharte, a legitimarte y a no juzgarte, para así acompañarte en tu crecimiento personal de forma segura y calmada.


Con más de cuatro décadas de experiencia en el tratamiento de una amplia gama de trastornos y malestares, nos hemos especializado en abordar casos difíciles o resistentes a los tratamientos convencionales.

En el Gabinete Dr. Romeu Barcelona, contamos con un equipo de especialistas altamente capacitados para atender su situación específica. Si usted sufre de hipocondría, le recomendamos iniciar con una consulta con uno de nuestros psicólogos, ya que muchas veces estos problemas pueden resolverse sin necesidad de medicación. Sin embargo, según la gravedad y la evolución del trastorno, el psicólogo podría sugerir una evaluación con uno de  los psiquiatras de nuestro equipo. 

 

Helena Romeu Llabrés

Psicóloga clínica

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